martes, 30 de octubre de 2012

Operación embarre



Importantes dirigentes del PAC han sido denunciados por el Tribunal Supremo de Elecciones ante la Fiscalía, por la presunción de varios delitos cometidos en el manejo de los gastos reportados en la cuenta de servicios especiales de la pasada campaña electoral. Estafa, tentativa de estafa, falsificación de documento privado, uso de documento falso y donaciones al partido no reportadas, son algunos de los posibles delitos.
Con esta denuncia el cuadro está prácticamente completo: a quince meses de las elecciones de 2014, el PLN, el ML y el PAC enfrentan denuncias ante la Fiscalía. La duda está sembrada y para la ciudadana y el ciudadano común, que no entran en detalles y sutilezas, y que se dejan llevar por informaciones e editoriales de medios de comunicación, la corrupción enloda a todos los partidos, o lo que es peor: quien se mete en política termina embarrado.

Sin que se haya aclarado lo que pasó en el anterior, entramos a un nuevo proceso electoral. ¿Qué tal si cuando estemos en plena campaña la Fiscalía procede y los cargos se concretan contra uno o varios partidos? Dada la lentitud con que proceden Fiscalía y tribunales, no sería extraño que eso sucediera, es más, que no se resolviera sino meses o años después de terminado el proceso electoral de 2014. La situación no es del todo inverosímil.

Los resultados de la elección podrían ser afectados en forma determinante. De todas maneras ya el daño está hecho y no sería raro que el abstencionismo aumentara mucho, alimentado por las dudas sembradas: mejor no votar porque todos están enlodados.

Algo está mal. Es difícil entender por qué se dura tanto tiempo en las investigaciones, y, todavía más, por qué se dan a conocer en momentos importantes para la vida de los partidos. Desde meses atrás se anunció que los resultados de la investigación sobre el PAC estaban prácticamente listos. Incluso se habló que serían presentados en junio y posteriormente en setiembre. Ocurre la filtración conocida, que permite a un diario armar el escándalo por adelantado y, finalmente, se dan a conocer un día antes de una complicada Asamblea programada para el 20 de octubre.

Todos los procesos de investigación en estas materias deben tener su tiempo. Es decir, no pueden prolongarse más allá de ciertos límites, so pena de tener efectos contradictorios, como está sucediendo en la actualidad. Porque no deja de ser curioso que un organismo que cada cuatro años nos llama a votar, como obligación ciudadana, con sus acciones termine encaminando a buena parte de la ciudadanía por la senda de la desafección política y eventualmente del abstencionismo.

Si hay denuncias y presunción de delitos, el TSE no puede hacer otra cosa que proceder en consecuencia. Pero tiene que tomar en cuenta el tiempo y el momento político, porque al fin y al cabo, lo quiera o no, es un actor de la mayor importancia dentro de la política nacional.

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