martes, 28 de agosto de 2012

Pantalones largos en China


He tenido la oportunidad de viajar varias veces a la República Popular China, y entiendo muy bien la fascinación que ese país ejerce sobre quienes tienen la posibilidad de conocer al menos una pequeña parte de su inmensa realidad geográfica, social y política. Es la segunda economía más grande del mundo, son evidentes sus avances en casi todos los campos, sobre todo en ciencia y tecnología, y posee una milenaria cultura de variadas e impresionantes tonalidades.

Pero China está lejos de ser un paraíso terrenal. Si bien es cierto que el crecimiento económico sostenido ha sacado a cientos de millones de personas de la pobreza extrema, convirtiéndose en el país que más ha ayudado a bajar los índices de pobreza a nivel mundial en las últimas tres décadas, también es cierto que la desigualdad económica y social ha crecido, alcanzando niveles sin precedentes desde el inicio de las reformas económicas de principios de los años ochenta del siglo pasado.

El llamado socialismo de mercado ha solucionado problemas pero ha creado otros, debido al modelo de crecimiento económico basado en el consumo de combustible fósil, con los consiguientes efectos negativos en la producción y en el ambiente. China ocupa hoy el segundo lugar entre los países consumidores de petróleo y son conocidas sus incursiones por todo el mundo en busca de acuerdos que le permitan sostener ese consumo y el de otras materias primas necesarias para conservar el funcionamiento de su economía.

En el plano de las libertades públicas China no es precisamente un modelo. Ha mejorado, pero comparativamente con Costa Rica, indudablemente está muy atrás, pese a nuestras limitaciones en ese plano. Frente al entusiasmo desbordado que a veces expresan autoridades y políticos, como el Presidente de la Corte, Luis Paulino Mora, es necesario recordar que se trata de un régimen autoritario, que ha cometido, y sigue cometiendo, graves violaciones a los derechos humanos. También es conocido el irrespeto a las minorías, como ha ocurrido en la región del Tíbet y en las regiones del noroeste de China, donde vive el grupo étnico de los uigures.

Por supuesto que hay que mantener los lazos diplomáticos y comerciales iniciados hace unos pocos años con la República Popular China; pero el pragmatismo en la política exterior tiene sus límites. Nuestras necesidades económicas no deberían llevarnos al punto de cerrar los ojos ante los aspectos desagradables de la realidad social y política de ese enorme país, y a convertirnos en propagandistas del régimen.

La Presidenta dijo que China recibió con “pantalones largos” a la delegación costarricense que estuvo de visita hace unos días. Creo que con esta curiosa expresión de connotaciones masculinas, lo que realmente quería decir es que el recibimiento fue de “manteles largos”. En todo caso, ocho millones de dólares de uso discrecional alcanzan para más de un pantalón largo. Ojalá sean bien empleados…

martes, 21 de agosto de 2012

El trochicidio


Rashomon es una película de 1950, dirigida por el afamado director japonés Akira Kurosawa. Se convirtió en un clásico del cine por muchas razones que no vamos a analizar aquí. Solamente mencionaremos que el argumento se teje alrededor de las versiones de un crimen que dan cuatro personajes, incluyendo el asesinado, quien a través de un médium da su propia interpretación de lo sucedido. ¿Quién dice la verdad? Si no han visto la película tienen que hacerlo; todavía se consigue en algunas tiendas de video.

La trama de Rashomon me vino a la memoria a raíz de las comparecencias que se están dando en el seno de la Comisión Legislativa para el Control y el Ingreso del Gasto Público, en torno a la trocha fronteriza, conocida como ruta 1856. Varios de los funcionarios y personajes implicados en la toma de decisiones acerca de esta ruta han desfilado por la Comisión, y han dado versiones que difieren en algunos puntos.

La crónica parlamentaria es floja en la mayoría de los medios. Así que para el grueso de la ciudadanía, lo que sucede en los pasillos y salas de la Asamblea Legislativa escapa al conocimiento de la mayoría ciudadana. Además, como la Asamblea no goza precisamente de prestigio en esta mayoría, el interés por lo que ahí sucede es marginal. Sin embargo, nos interese o no, lo que ahí pasa sigue siendo importante en el acontecer político.

Hasta ahora las comparecencias que han despertado mayor interés han sido las de los ingenieros Carlos Acosta, exdirector ejecutivo del CONAVI, y Francisco Jiménez, exministro de Obras Públicas y Transportes. Las declaraciones dadas bajo juramento han dejado entrever la maraña de comisiones y personas que han intervenido en la toma de decisiones que llevó a la construcción de la trocha, así como los supuestos que estuvieron en la base de dichas decisiones: la amenazadora “invasión nicaragüense”, que el exministro Tijerino definió como “un estado de necesidad y situación de emergencia nacional”, según lo señaló Acosta.

Cómo se llegó de la decisión de habilitación urgente de las vías de acceso al puesto fronterizo Delta Costa Rica hasta la construcción de la trocha, con las consecuencias ya conocidas de improvisación, desperdicio, destrucción del ambiente y corrupción, es algo que apenas empieza a conocerse.

En las comparecencias de Acosta y Jiménez han salido a relucir los nombres de Adrián Chinchilla, hermano de la Presidenta, Carlos Espinach, asesor presidencial, y Luis Liberman, segundo vicepresidente de la República, como copartícipes en la toma de decisiones. Todos se han apresurado a indicar que solamente participaron en reuniones informales. Desde China, la presidenta Chinchilla calificó de falsedades las declaraciones de Jiménez.

¿Quién dice la verdad? Como en Rashamon tendremos que esperarnos al final de la película para saberlo. ¡Ojalá no haya que recurrir también a un médium!

martes, 14 de agosto de 2012

Sin media cancha


En los comentarios futboleros es frecuente escuchar que un equipo perdió el partido porque el otro equipo se adueñó de la media cancha o porque no tiene media cancha. Es decir, que perdió esa especie de zona de transición, donde se rompen los ataques del contendiente y donde se arman las jugadas ofensivas. Sin media cancha se pierde la conexión entre ataque y defensa.
 
Algo parecido está sucediendo en la política costarricense, con el agravante de que no es un equipo, en este caso un partido, el que la perdió, sino el conjunto de ellos. Lo que quiero decir es que el juego político se ha convertido en una confrontación entre atacantes y defensores, pelotazo va y pelotazo viene, sin posibilidad de encontrarse en una zona intermedia en la cual negociar asuntos abiertamente, en la búsqueda de acuerdos mínimos que favorezcan al conjunto de la sociedad. Claro que no todo se puede negociar.

La política es una cancha, para seguir con el lenguaje futbolero, en la que se desarrollan relaciones antagónicas entre partidos que representan sectores particulares de la sociedad o, en el mejor de los casos, visiones de mundo diferentes. Unos y otros intentan avanzar sus proyectos mediante el control de las instituciones del estado, en confrontación abierta con los enemigos, es decir, con los oponentes que, como alguien lo señaló hace mucho tiempo, no necesariamente tienen que ser malos, feos, sinvergüenzas o corruptos. Son simplemente oponentes a los que hay que combatir pero no suprimir, porque la política no es un juego de suma cero, donde el que gana se lleva todo y el que pierde se queda sin nada e incluso puede perder hasta la vida. Claro, cuando se llega a esos extremos o hay posibilidad de que se llegue a ellos, pues ya no estamos hablando precisamente de democracia.

Esta falta de media cancha política se siente también dentro de los partidos, donde los enfrentamientos internos amenazan la perspectiva de mediano y largo plazo, es decir, el logro del ejercicio del poder político para empujar el proyecto de sociedad que supuestamente se comparte. Digo supuestamente, porque tampoco logro identificar claramente proyectos partidarios de largo aliento, en la mayoría de los partidos. 

Las luchas que se libran buscan el predominio de proyectos que, si los limpiamos de la palabrería decorativa, son simplemente puros deseos de ejercicio del poder, para disfrutar de sus mieles, sin que importen realmente las demandas del electorado que intentan movilizar. Incluso hay hasta indicios de juegos internos suma cero, de contendientes que se sienten dueños de la pelota y que amenazan con llevársela a otro lado. En esas circunstancias, la posibilidad de armar coaliciones es prácticamente nula.

Este es el panorama que logro avistar a unos dieciocho meses, aproximadamente, de las elecciones de 2014. Hasta aquí mi comentario político futbolero de esta semana.

martes, 7 de agosto de 2012

¿Recula el conservadurismo?


Me gustaría responder categóricamente que sí. Pero como en las cúpulas del gobierno y de las instituciones públicas predominan todavía las mentalidades conservadoras, con honrosas excepciones desde luego, no se puede afirmar que la sociedad costarricense ha dado el salto y que nos encontramos en una situación cualitativamente diferente.
 
A pesar de eso, no se puede negar que hay avances significativos. Una encuesta telefónica realizada a finales de abril pasado por el Centro de Estudios e Investigaciones Políticas de la UCR, mostraba un distanciamiento entre las opiniones ciudadanas y las acciones del gobierno en materia de fecundación in vitro y uniones entre personas del mismo sexo. Una mayoría criticaba abiertamente el manejo del gobierno de esos temas.

Los resultados de la última encuesta de la empresa UNIMER, publicados por La Nación, indican que la brecha abierta continúa ensanchándose, pese a la ofensiva conservadora de la jerarquía de la Iglesia Católica y de un sector de las iglesias evangélicas. Ahora el 77% de las personas entrevistadas apoya el programa de educación sexual que está implementando el MEP; el 55% está de acuerdo con la fertilización in vitro y el 51% considera que los diputados manejaron mal el proyecto de uniones entre personas del mismo sexo.

En ese escenario, sin embargo, la Sala Constitucional toma una decisión que frena parcialmente los programas del MEP, y traslada el conflicto desatado entre cristianos conservadores y ese Ministerio, a la esfera de lo privado. Seguramente no pocos padres tendrán que enfrentarse a sus hijos por la prohibición para asistir a las clases de educación para la sexualidad. Aparte del hecho de que dichas lecciones forman parte de los programas de ciencias, como los chicos y chicas que van a recibir estas clases se acercan a la mayoría de edad, me pregunto si la resolución de la Sala no entra en contradicción con los derechos de las y los adolescente de recibir información válida científicamente sobre un tema vital para ellos en esa etapa de sus vidas. Derechos versus conservadurismo, ¿qué predominará?

Mientras tanto, la Casa Presidencial, en una reacción conservadora, maneja mal el asunto de la conducta privada de la Viceministra de Cultura, y la convierte ante los ojos de la opinión pública en doble víctima. De paso reforzando la imagen de chapucería en las decisiones que tienen que ver con actuaciones de altos funcionarios, y, lo que es peor, que no se mide con la misma vara a hombres y mujeres. Si se quería aprovechar lo sucedido para mostrar la firmeza ausente en otros sonados casos, pues el tiro salió por la culata.

Con más de treinta mil personas marchando en esos días con demandas diversas, y con los resultados de una encuesta que colocan al gobierno casi cayendo al abismo, hacía falta pausa, cabeza fría, manejo de escenarios. Pero nada de eso ocurrió aparentemente.