lunes, 19 de diciembre de 2011

El efecto tamal

Una fría mañana de estas, comiéndonos un delicioso tamalito, acompañado de café negro, un grupo de colegas comentábamos acerca de los efectos en la opinión pública de la entrevista televisiva realizada a José María Figueres.

Según el sondeo telefónico hecho por la firma Borge y Asociados, el 61,3% de las personas que la vieron, considera que fue montada. Un porcentaje alto, dentro de los límites del sondeo, que movió al entrevistador a salir inmediatamente a defenderse, a pesar que él mismo afirma en su artículo en La Nación, que la "La entrevista se defiende sola". Pero mejor aclarar, porque la gente, dado que no pocas veces le han metido gato por liebre, se ha vuelto muy desconfiada. Y en buena hora.

Sin embargo, como lo muestran el sondeo y la evidencia impresionista, esto es, las conversaciones con amigos y extraños y los comentarios que se oyen en la calle, es que la entrevista "pegó" en un sector de la ciudadanía, y que, por tanto, los objetivos buscados por Figueres y sus allegados, se logró en buena medida: el 43,3% de las personas que vieron la entrevista, afirma que fue "sincero" y "muy sincero".

Es decir, que para estas personas, seguramente la mayoría constituida por simpatizantes liberacionistas, las vagas explicaciones que dio sobre su participación en el asunto ALCATEL fueron satisfactorias y, lo más preocupante, que, por encima de cualquier explicación, pudo más en el ánimo de estas gentes la queja acompañada de suspiros sobre los años que lleva sin comerse un tamal en diciembre. El "efecto tamal", como dijo una distinguida y aguda colega que desayunaba a la par nuestra.

De ser el expresidente peor calificado en las encuestas, Figueres asciende, aparentemente, de nivel. Años de silencio o de explicaciones a medias quedaron en el olvido. Ciertamente, la Fiscalía dijo que no había delito, pero ¿en qué quedamos en el plano de la ética? Porque la contratación y el pago, se diga lo que se diga, fue para influir, de alguna manera, en una decisión que tenía que tomar el ICE.

Errores en la función pública y en la acción política se pueden cometer, y se cometen a diario; pero hay errores y "errores". ¿Cómo se puede exigir transparencia en la política y honestidad en la función pública si estamos dispuestos a disimular o perdonar fácilmente algunos de estos "errores"? Mal estamos si nos damos por satisfechos con explicaciones a medias y nos conmovemos fácilmente ante golpes de efecto destinados a evadir el reconocimiento de las responsabilidades y, en el caso que nos ocupa, a reconocer que lo ocurrido es éticamente reprobable. Ojalá el efecto tamal sea pasajero.

No favorezco el linchamiento mediático, pero me repugna la memoria flaca y la condescendencia irresponsable.

Y con esta me despido… por este año. Felices fiestas y lo mejor para todas y todos en el 2012. Estaremos de vuelta en la segunda semana de enero.
(si no desea recibir más la columna indíquemelo por favor. ¡Gracias!)

martes, 13 de diciembre de 2011

La cuarta reinvención de JMF

En la entrevista realizada por Ignacio Santos, director de Telenoticias, al Expresidente José María Figueres, este afirmó que se ha tenido que reinventar al menos tres veces durante su vida. La entrevista parece ser el inicio de la cuarta, dado su anuncio de pronto regreso al país.

Muchas cosas se podrían decir, pero el espacio no permite un análisis exhaustivo de la entrevista. Así que nos limitaremos a unas pocas cosas. En primer lugar, hay que establecer diferencias entre los objetivos de Telenoticias al buscar y lograr la entrevista, después de años de intentos, según se dijo, y los objetivos del Expresidente al concederla. Telenoticias buscaba una primicia y la logró; mientras que Figueres seguramente quería enviar un globo de ensayo, para tantear, una vez transmitida la entrevista, el clima favorable o desfavorable para su regreso.

Dicho eso, hay que reconocer que la entrevista estuvo bien preparada, y que Santos hizo en general las preguntas que había que hacer, repreguntando cuando la respuesta se quedaba corta, pero cuidándose de no caer en el acoso.

En segundo lugar, aunque tardíamente, Figueres resistió durante 66 minutos, a veces con mucha dificultad, bastantes preguntas más que incómodas. Por supuesto que quedó debiendo en la explicación sobre las tareas que realmente él y sus socios realizaron para ALCATEL, tareas que fueron recompensadas con la enorme suma de $900.000 para cada uno de ellos. La luz sobre dicho asunto peliagudo esta vez tampoco llegó.

En tercer lugar, aunque le estaba hablando al país, su público meta primordial era, sobre todo en la parte final, los liberacionistas, tanto los convencidos como los resfriados. A ellos se dirigió cuando afirmó que regresaría a tomar el Partido para limpiarlo de virus y de otras infecciones y alimañas que lo carcomen. Figueres sabe bien que el Partido está en manos de los hermanos Arias, pero que hay descontento y desánimo con esa situación. Él y el grupo que lo apoya habrán pensado que el campo está abonado para su regreso como una especie de hijo pródigo que pondrá orden en casa. La determinación mostrada en esta parte de la entrevista, incluidos los tacos en la garganta y los sollozos reprimidos, habrá calado en esa mayoría liberacionista que se siente perdida, y que, en lenguaje llano, todavía está dispuesta a comer cuento.

Aseveró que ha madurado con todos los golpes recibidos, y que el roce internacional le ha permitido afinar su visión del país, aunque en este punto tampoco dijo mayor cosa. La pregunta que salta es qué habrá aprendido de los personajes con que se ha relacionado, muchos de ellos responsables, por los niveles de codicia a que llegaron, de la difícil situación que atraviesa la mayor parte de la humanidad.

Hasta ahora José María ha sido el Expresidente peor calificado en las encuestas. Veremos si en las próximas la entrevista logra mover el marcador.

martes, 6 de diciembre de 2011

Navegar en dos aguas

El apoyo al proyecto Solidaridad Tributaria ha puesto al PAC a navegar en dos aguas, debido a las disímiles posiciones adoptadas por dos grupos de diputados que integran la bancada legislativa: los que están de acuerdo con el proyecto con las reformas introducidas y los que lo apoyan a regañadientes.

Estas posiciones empezaron a dibujarse desde el momento en que el líder del Partido, Otón Solís, llegó al conocido acuerdo con la presidenta Chinchilla, con el apoyo de la mayor parte de la Comisión Política.

El punto culminante de esta discrepancia parece que se ha alcanzado el último día de noviembre, cuando el grupo disconforme intentó traerse abajo el proyecto mediante una resolución emitida por Juan Carlos Mendoza, presidente legislativo, quien señaló los vicios de procedimiento en que habría incurrido la comisión que dictaminó el mencionado proyecto, vicios que según él obligaban a echar marcha atrás y comenzar de nuevo la tramitación.

Por supuesto que la resolución fue inmediatamente apelada por el diputado Villanueva Monge, jefe de fracción del PLN, con los resultados conocidos: 24 diputados liberacionistas y siete del PAC votaron favorablemente la apelación.

La imagen trasmitida por la televisión no puede ser más elocuente: siete diputados del PAC de pié, mientras que cuatro permanecieron sentados, al igual que los diputados del ML, del PUSC, del PASE y del Frente Amplio. Como todavía está fresco lo sucedido con las fracciones parlamentarias de los dos períodos anteriores, inevitablemente el fantasma de la división ha vuelto a hacer su aparición, y la gente se pregunta si no estamos ante la repetición del fenómeno.

Un día después, la Presidenta del Partido y la Secretaria General, emitieron un documento en el que se apoya por igual a Mendoza y a los diputados que votaron junto con el PLN, asegurando que dentro del PAC es posible sostener posiciones diferentes bajo un mismo paraguas, en un intento de acabar con las especulaciones sobre división. Sin embargo, en un asunto tan delicado como la aprobación de una reforma tributaria no es posible que el partido tenga dos caras.

En otras palabras, que una resolución como la emitida no debería haberse hecho al margen de los órganos competentes del Partido, a no ser que, como podrían pensar algunos mal intencionados, se trata de un doble juego: por un lado el partido honra su compromiso con la presidenta Chinchilla, y por el otro le hace un giño a los sectores inconformes con el proyecto en discusión. Por supuesto que no creo que esa sea la situación. Sabemos que la integridad ética e intelectual de Juan Carlos Mendoza le impide prestarse a tal juego. Actuó honesta y valientemente, pero dejó otra vez la credibilidad del PAC en entredicho.

¿Tenía razón en sus argumentaciones? Difícil saberlo porque es un asunto de interpretación de reglamentos y resoluciones, que ni la santa Sala Cuarta podrá resolver sin dejar dudas.