martes, 12 de junio de 2012

De aquí y de allá


Sentado, mirando la entrevista que le hiciera a Justo Orozco en Telenoticias su directora, la periodista Pilar Cisneros, no podía dejar de pensar en las mejores películas de Cantinflas, el gran cómico mexicano. Solo que Cantinflas decía lo que decía para divertir, pero Orozco lo dice en serio. Si sus actuaciones no perjudicaran, como lo hacen, a grupos concretos de costarricenses, podría pasar a la historia política del país como un mal chiste; pero lamentablemente, como hemos dicho, no es así. Es un indicador más del profundo bache en que ha caído la Asamblea Legislativa. Me pregunto: ¿los sinceros creyentes cristianos no católicos se ven reflejados en Orozco de alguna manera? ¿Y los católicos?
 
Definitivamente Rodrigo Arias está dispuesto a pasar la página, dejar atrás al gobierno de Chinchilla y concentrarse en la candidatura para el 2014. No lo dice abiertamente, pero sí con sus acciones. Si consigue la candidatura presidencial en marzo, como posiblemente lo hará, doña Laura podría enfrentar tempranamente el peligro de la irrelevancia política durante el resto de su gobierno. Porque la fracción del Partido y la mayoría de los ministros fijarán ojos y atención en lo que diga y haga Arias.

Ottón Solís ha anunciado que se retira por un tiempo de la Comisión Política del PAC. Se baja del tren y espera el siguiente, el que transporte al candidato del Partido a las próximas elecciones. Una pausa conveniente para él y para la Comisión. Seguramente seguirá opinando e influyendo en las decisiones de los órganos del PAC, pero la tensión interna podría disminuir. ¿Y si no se vuelve a subir al tren?

Después de su viaje a Europa, doña Laura volvió a la carga en el asunto de la trocha fronteriza, pero esta vez para atajar las críticas y defender lo hecho, señalando que se trata de una obra en construcción, que no hay errores, aunque sí “faltantes”, y que dejemos de darle armas al “enemigo”. ¿Haciendo de nuevo lo del avestruz? 

Lo de la Autoridad Reguladora de Servicios Públicos (ARESEP) no huele bien: aumentos de salarios por encima de lo decretado para el sector público, muchos funcionarios contratados en los últimos cinco años, elevado pago del alquiler de un edificio en Guachipelín, y los gastos en consultorías disparados. Según se ha dicho, este año ARESEP tiene presupuestado invertir más de ¢1.300 millones para contratar servicios externos. Se siguen gastando sin ton ni son los dineros que pagamos por impuestos y demás.

Finalmente, la Caja sigue dando de qué hablar: medicamentos que se compran a destiempo y por sumas muy por encima de su precio real; pacientes sin acceso a medicinas por más de un año, y 53.792 mamografías pendientes –aunque las autoridades dicen que son menos--, con el consiguiente perjuicio para la salud de miles de aseguradas. ¿Hasta cuándo tendremos que esperar para que los problemas de la Institución se solucionen?

 


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