lunes, 16 de abril de 2012

¡Todo se derrumbó!


A dos semanas de cumplir dos años de gestión, la situación del gobierno de la presidenta Chinchilla es complicada.  Está en medio del río, a merced de la corriente, en un bote con el motor ahogado y sin remos que le permitan moverse hacia alguna orilla. 

Así luce después de la cadena de acontecimientos de las últimas semanas, que le dejaron sin ministro de hacienda, sin director de tributación, sin asesora política, con otros altos funcionarios cuestionados y, lo más grave, sin Ley de Solidaridad Tributaria.  Los errores cometidos en la tramitación, que fueron advertidos por los diputados Mendoza y Fishman en su momento, llevaron finalmente a la Sala Constitucional a echarla por tierra, sumiendo en el desconcierto al gobierno y a los diputados del PAC que la votaron favorablemente.

¿Y el plan B?  Pues parece que no se tenía ninguno.  El gobierno apostó todo a la Ley caída y ahora no tiene nada.  Aunque la Presidenta sigue de alguna manera jugando con la idea de la resurrección de la Ley, la mayoría de los actores políticos lo consideran imposible, porque la correlación de fuerzas ha cambiado en la Asamblea Legislativa, y no se cuenta con el número necesario de votos para echarla a andar nuevamente.  Políticamente la Ley está muerta y hay que buscar otros caminos para rehabilitar las alicaídas arcas públicas.

Si nuestro sistema fuera parlamentario, el gobierno habría caído y estaríamos enfrentados a un nuevo proceso electoral.  Pero como ese no es el caso, y nos faltan dos años para un cambio de gobierno, ¿qué nos espera?  La convocatoria en busca de luces a economistas que han sido ministros y presidentes del Banco Central, y que por tanto son de alguna manera corresponsables de la situación que vive el país, arroja signos de interrogación.  ¿No habría que recurrir también a otros economistas que podrían tener ideas diferentes sobre cómo conducir el país en la actual coyuntura nacional e internacional?  No son tiempos para repetir medicinas.

Mientras tanto los aprietos en que está el gobierno favorecieron el destrabe de la Alianza por Costa Rica, que parece que finalmente continuará con la dirección del Directorio Legislativo, esta vez bajo la presidencia del libertario Danilo Cubero.  El comunicado de la Comisión  Política del PAC, aceptando el fallo de la Sala Constitucional y renovando su compromiso de generar espacios de convergencia y acuerdos, empujó a la fracción a apoyar a Cubero, en contraposición a lo que había venido sosteniendo Otón Solís.  Es decir, que el fallo de la Sala parece que también está ayudando a restablecer los equilibrios dentro de ese Partido, rotos en el último año por la preeminencia adquirida por Solís.

Y mientras el gobierno de su Partido enfrenta el derrumbe, esquizofrénicamente Figueres recorre el país, en velada precampaña, a veces vestido de policía, y Rodrigo Arias sigue con su propaganda en radio y televisión, con miras a las elecciones de 2014. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario