lunes, 18 de agosto de 2014

Anticipación



No son muchos los políticos que gozan de la habilidad de prever el curso posible de un conjunto de acontecimientos, que puede resultar favorable o desfavorable para el proyecto que se han propuesto conseguir. La anticipación resulta ser vital para la supervivencia en un ámbito de la actividad humana que se caracteriza por la competencia y la hostilidad casi permanente. Quizás por eso el militar prusiano Carl von Clausewitz decía que "La guerra es la continuación de la política por otros medios".

Muchos jefes de gobierno se hacen asesorar por grupos de consejeros dedicados por entero al análisis de la situación política del país, generalmente con el apoyo de sofisticados métodos de recolección de informaciones diversas. Grupos que generalmente permanecen en las sombras, sin imagen pública alguna, con comunicación exclusiva con el político que asesoran. Aunque no se garantiza el éxito, su logro depende en mucho del apoyo que estos grupos brindan.

No sé si el presidente Solís dispone de tal apoyo, pero la forma en que enfrentaron los acontecimientos de las últimas semanas indica un faltante de anticipación. Seguramente en Casa Presidencial estarán molestos con Ottón Solís, con el PAC, con los medios y con otros posibles participantes en la forzada salida de Iván Barrantes del grupo íntimo de Luis Guillermo Solís. La verdad es que el “asunto” se veía venir, puesto que periodistas, comentaristas u “opinadores” como les calificó Barrantes, militantes del PAC e incluso miembros del gobierno, habían puesto el ojo en el trío integrado por el ministro de la Presidencia, el director de la DIS y el propio ex asesor: los hombres del Presidente, como se les denominó.

Un trío que se percibía, con razón o sin ella, como concentrador de poder y por tanto hacedor de las principales decisiones del gobierno; pero un trío con debilidades. Particularmente, el ministro Jiménez no ha logrado desarrollar una imagen pública compatible con el cargo que desempeña y no son pocos los grupos de la sociedad civil que se quejan de su incapacidad para actuar como interlocutor del gobierno. No le favorece, además, el hecho de que su continuidad en el cargo dependa de una resolución de la Sala Constitucional.

El eslabón más débil del trío era Barrantes, quien además mostró los ajustados límites de su experticia política con el inadecuado manejo de los medios que hizo durante los días en que duró la crisis, incluyendo el anuncio de su salida como una decisión personal, dejando en entredicho al Presidente, quien horas más tarde afirmó que se trataba de una separación decidida por él tres días antes.

Preguntas: ¿por qué entonces no se hizo un comunicado de prensa para evitar que la Asamblea del PAC aprobara la exigencia de salida de Barrantes? ¿Si se hubiera hecho, los acontecimientos siguientes hubieran tomado otro curso, evitando la derrota política que sufrió Solís y el fortalecimiento de sus enemigos internos y externos? ¿Sigue ahora Melvin Jiménez?

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