martes, 23 de julio de 2013

Los medios y la campaña electoral




A las puertas del inicio de la campaña electoral conviene preguntarse sobre el papel y la responsabilidad de los medios de comunicación.  Como ha sido repetidamente señalado, la campaña se va a desarrollar en un clima caracterizado por la desconfianza de la mayoría de ciudadanas y ciudadanos hacia los políticos y los partidos.  Va a costar mucho movilizar a esa masa a las urnas, sobre todo si se piensa usar los mismos artificios del pasado.  La gente no está esperando propaganda vacía sobre las supuestas virtudes de los candidatos; quiere algo más sólido, que no se disuelva fácilmente una vez pasadas las elecciones.

Más sólido también en términos de respuestas válidas a los problemas que enfrentamos hoy en día, más allá del ritual de los programas de gobierno, que se sabe carecen de mayor utilidad.  Asimismo quiere saber más sobre las credenciales reales de quienes buscan sus votos para llegar a la Casa Presidencial y a la Asamblea Legislativa.  Los paraguas partidarios cada vez son menos efectivos para tapar candidaturas flojas o de dudosa integridad moral.  Por supuesto que todavía un buen porcentaje de votantes seguirá atado a las tradiciones, votando por el PLN o por el PUSC como siempre lo ha hecho.  Pero cada vez son menos quienes así actúan y cada vez más quienes lo hacen con menor convencimiento y entusiasmo. 

La gente tiene preguntas y demanda respuestas claras, pero no dispone de los mecanismos efectivos para que su voz sea escuchada.  Solamente tiene el voto como arma, pero para emplearlo en forma efectiva necesita información amplia y veraz.  Es cierto que hoy en día muchas personas tienen acceso, a través de internet, a una gran variedad de fuentes de información, lo que les coloca, al menos en teoría, en mejor posición para tomar decisiones políticas razonables.  La mayoría ciudadana, sin embargo, carece de tiempo y de posibilidades de acceso a esas fuentes y debe quedarse con lo que le proporcionan los medios locales, sobre todo la televisión.

Los medios de comunicación nacionales podrían ayudar a subsanar en parte esas carencias, mejorando la calidad de lo que se informa sobre candidatos y partidos, y lo que se pregunta en las entrevistas.  Dado el desprestigio en que ha caído la Asamblea Legislativa, resulta conveniente poner especial atención en la integración de la listas de diputados.  Independientemente de las particulares visiones sobre la sociedad de candidatas y candidatos, se necesita elevar el nivel cultural y moral del parlamento, procurando evitar en lo posible la llegada de ciertos personajes, cuyos antecedentes no auguran desempeños moderadamente aceptables.

Más allá de mitos y leyendas, los medios son actores interesados en el juego del poder y eso inevitablemente se cuela en lo que informan sobre la política.  Las pretensiones de objetividad son solamente eso, pero por lo menos se podría mejorar el contenido de lo que se intenta comunicar.

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