martes, 14 de mayo de 2013

Un tufo conservador



En su informe anual a la Asamblea Legislativa, la Presidenta dijo que esperaba que a través del diálogo se pudieran resolver las diferencias entre grupos y sectores de la población, para cumplir con el mandato de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de abrir a las mujeres que así lo deseen, la posibilidad de la fecundación in vitro, y para reconocer los derechos básicos fundamentales de las parejas del mismo sexo.

La verdad es que el gobierno no ha estado realmente abierto a discutir esos asuntos e impulsar las reformas necesarias en la Asamblea Legislativa.  No han formado parte de su agenda de prioridades y así lo hizo saber varias veces la propia Presidenta.  Precisamente por eso se tuvo que llevar el asunto de la FIV hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos, donde el gobierno esperaba un fallo positivo para sus posiciones.  Si se hubiera querido resolver mediante el diálogo, otro camino se habría tomado.

Ciertamente, no son asuntos fáciles de trasladar a conocimiento de la Asamblea, dado el tufo conservador que emana de Cuesta de Moras, y que procede en mayor o menor medida de todas las fracciones, con la excepción del Frente Amplio.  Las demás están fuertemente contaminadas por el virus del conservadurismo:  la mayoría de la fracción del PLN, más de la mitad de la del PAC y la del ML, toda la del PASE y seguramente la mayoría también de diputados y diputadas del PUSC.  Y ni que hablar de Avendaño y Orozco.

Así que aún cuando hubiera una voluntad presidencial de discutir dichos asuntos en el ámbito legislativo, la carencia de una base suficiente de apoyo para iniciarla lo habría dificultado.  Probablemente ese ha sido un elemento adicional que ha pesado para dejar de lado los temas señalados en las negociaciones para integrar un directorio legislativo.  No sabemos si dentro de esas negociaciones, además de cargos y prebendas, los grupos más conservadores de nuestro alicaído parlamento han exigido sacar de la agenda la FIV y las uniones de personas del mismo sexo.

En todo caso, la verdad es que este gobierno no se ha caracterizado por su talante negociador con perspectiva de mediano y largo alcance.  La Presidenta dijo en su informe que esa era una apreciación equivocada, y que en todo caso iba a revisar sus acciones y realizar los cambios que fueran necesarios.  Bienvenido el acto de contrición, aunque un poco tardío ciertamente.  Porque la realidad es que este gobierno y el anterior, han permanecido anclados en una lógica de construcción de mayorías, con base en la negociación por debajo de unos voticos por acá y otros por allá, hasta completar 29 o 38, según sea el caso.

Solamente si se deja atrás esa lógica y se asume la realidad del complejo presente, podremos avanzar en eso que llaman “visión país”.  Las reformas institucionales que se piden a gritos no servirán de nada si permanecemos anclados en un pasado político que hace rato que espiró.

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