martes, 12 de abril de 2011

Mecates verdiblancos enredan al gobierno

Este primer año del gobierno de la Presidenta Chinchilla ha sido un tanto extraño. No ha podido desembarazarse de los problemas heredados de la administración anterior, ni imprimirle un sello distintivo a su gestión. Dicen que a Dilma Rousseff, la presidenta brasileña, le bastaron seis meses para diferenciar claramente su gobierno del de Lula, a pesar del fuerte liderazgo nacional e internacional de éste.

A los problemas heredados que acechan constantemente al gobierno de Chinchilla, hay que sumar los nuevos creados por la prematura candidatura de Rodrigo Arias. Nunca en la historia del PLN había ocurrido que un gobernante liberacionista tuviera que batallar en el primer año de su gobierno con problemas creados por el mismo Partido y su fracción parlamentaria.

La Presidenta ha preferido no enfrentar abiertamente la situación, y ha tratado de mantener el conflicto en un bajo nivel. El resultado está a la vista: le han dividido la fracción liberacionista a poco menos de un año de gestión y en momentos en que está estrenando nuevo ministro de la Presidencia. Los propagandistas de la administración dirán “que las divisiones son naturales”, y procurarán maquillar lo ocurrido, pero es innegable la división. Su profundidad es otra cosa.

Sin embargo, los vientos que corren no son favorables a los hermanos Arias. El abucheo en el estadio no fue precisamente una muestra de cariño hacia Óscar Arias. Y como si fuera poco, los resultados de la última encuesta de UNIMER-La Nación indican claramente que su hermano Rodrigo es en la actualidad un político sumamente impopular. Y eso no es un invento, porque una encuesta realizada por el Centro de Investigaciones y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica había apuntado en esa dirección.

No hacer olas y mostrarse complaciente ha resultado ser, entonces, una estrategia poco eficaz, porque ha sido interpretada como signo de debilidad. Como lo muestran los hechos, los elogios exagerados lanzados a Oscar Arias en el discurso pronunciado en la inauguración del estadio chino, de poco sirvieron. La referencia obligada pudo haber sido más moderada, dadas las circunstancias conocidas.

Los resultados de la encuesta de UNIMER indican que hay condiciones, quizás no por mucho tiempo, para mostrar a la ciudadanía y a la clase política quién está al mando del gobierno, y dónde está su asiento. Es decir, que está en Zapote, al este de San José, y no en ningún otro sitio de la Gran Área Metropolitana.

Es además el momento para mostrar que esta administración tiene su sello propio y que no es una mera continuación de la anterior. El informe presidencial del primero de mayo ante la Asamblea Legislativa podría ser la ocasión propicia para relanzar el gobierno, señalar con claridad sus metas y asumir, la Presidenta Chinchilla, el liderazgo que la gente le está reclamando, según revelan los resultados de la encuesta referida. ¡Paso el consejo gratis!

1 comentario:

  1. Dan vergüenza ajena el nuevo papel de corifeos, que ya no diputad@s, que ostentan y con mucho orgullo, la "fracción arista"... Qué bajo hemos caído. Parece mentira que la primera y fuerte lucha política que tendría que dar Laura hace un año, fuera con su propia fracción y delimitando el área de influencia del Big Bróder. Cosas veredes, Rigo amigo.

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