No
vamos a hablar más del culebrón de la "Sele" y Pinto. Tampoco de fútbol,
aunque usemos algunos términos del argot de ese deporte. En realidad queremos
hablar sobre lo que sucede en la cancha política, una vez pasadas las
distracciones del mundial y sus sorpresivas secuelas.
La
bola ahora está del lado del gobierno; le toca moverla y los ojos de la mayoría
ciudadana están enfocados en el Presidente y en los ministros. Es el momento de
presentación de las principales líneas estratégicas y de los planes y proyectos
específicos que guiarán al equipo gubernamental en los próximos tres años y
resto. Los proyectos enviados a la Asamblea Legislativa en el corto período de
extraordinarias del mes de agosto deberían formar parte de ese movimiento.
Sin
embargo, la convocatoria realizada no permite vislumbrar con claridad ese
rumbo: 70 proyectos de ley conforman un
revoltillo, producto, se ha dicho, de una negociación con las diferentes
fracciones parlamentarias. Se afirma, además, que solamente seis son cosecha
del gobierno de Solís y de la fracción del PAC; y que los 64 restantes son
herencia de la administración anterior. Afuera quedaron FIV y sociedades de
convivencia.
En
todo caso, demasiados proyectos para tan poco tiempo; nos hubiera gustado una
agenda más depurada y con una dirección manifiesta, pero no podemos olvidar que
el PAC solamente logró elegir a trece diputados, uno de ellos todavía no
integrado oficialmente a la fracción, pese a que acompañó al Presidente en su
gira por Guanacaste, donde hizo gala de su cercanía con él. Así que ni modo,
había que negociar con las otras fracciones, cuyos intereses son difusos en la
mayoría de los casos. Es una pena que no se pueda negociar paquetes completos
con base en coincidencias sobre el rumbo que mejor convenga al país en su
conjunto.
Aparte
de eso, también existe la necesidad de apagar incendios, como la situación
insostenible del FONABE. Dicho sea de paso, los medios han estado plagados de
denuncias y más denuncias sobre malos manejos, ineficiencia y corrupción monda
y lironda en las instituciones públicas del país. Aparte del FONABE, en la Caja, en el ICE, en
el MEP, en el Ministerio de Cultura, en FONABE, en el INVU, en RECOPE, en
ARESEP y seguramente la lista seguirá ampliándose. Denuncias que obligan al
gobierno a ocuparse de ellas y a intentar cambios sobre la marcha.
Ahora
las expectativas están enfocadas en el mensaje presidencial de los próximos días.
Se ha dicho que el presidente Solís visitará la Asamblea para dar un informe
sobre la situación en la que encontró ministerios e instituciones públicas --lo
que ha denominado "finca encharralada"-- y donde fijará las metas de
su gobierno y los medios para alcanzarlas durante su período presidencial. Está
por verse si dicho mensaje será seguido de un debate con los diputados de las
diferentes fracciones, en lo que sería un acto sin precedentes en la historia
política del país.
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