Una de las características destacadas del momento preelectoral que
vivimos es una mayor participación de grupos de ciudadanas y ciudadanos en la
acción política, pero fuera de los partidos. Mientras que los partidos formales
están ocupados en armar sus cuchitriles para las elecciones de 2014, el aquí y
el ahora de la política, entendida en su significado original, como la
intervención en el gobierno de la sociedad, discurre por otros canales.
Hoy en día son los “foros” los que expresan las preocupaciones
ciudadanas, los que deliberan sobre proyectos y propuestas del gobierno y sus
instituciones, los que señalan y denuncian perjuicios y “chorizos”, los que
protagonizan las acciones callejeras de resistencia, y también los que han
empezado a proponer alternativas viables a esas propuestas. La política no
formalizada, la política viva, la protagonizan estos y otros grupos de la
sociedad civil también muy activos en el plano propositivo. Los partidos,
enfrascados en llenar los requisitos que pide el Tribunal Supremo de
Elecciones, se han convertido en plataformas electorales que carecen de vida,
sobre todo en los períodos entre elecciones.
Ciudadanas y ciudadanos que antaño canalizaban sus preocupaciones a
través de ellos, hoy han dejado de hacerlo porque la realidad les ha mostrado
que poco o nada se logra por esa vía. Claro que hay individuos, grupos y
comunidades que siguen recurriendo a diputados y dirigencias locales por la
necesidad de resolver grandes y pequeños problemas que les afectan. Esa
necesidad les lleva a convertirse en clientelas electorales. Para ellos los
partidos son útiles, como también lo son para la minoría que aspira a puestos y
cargos, sin ningún referente ideológico o programático, y para los poderosos
grupos económicos que necesitan gobiernos afines a sus intereses. Pero la
mayoría de las personas no les encuentra utilidad real en las condiciones
actuales del país. Es más, los mira como fuentes de corrupción y como un peso
muerto cada vez más difícil de arrastrar.
Pero, solamente pueden participar en elecciones los partidos que cumplen
con los requisitos establecidos por la normativa electoral. No hay otra manera
de hacerlo. Es a través de estos partidos que se eligen gobiernos, diputados,
alcaldes municipales y munícipes. Estamos en una situación realmente
embarazosa, porque se necesita una “limpia” de la política formal y una
revisión a fondo de la relación ciudadanía-partidos, que no se puede hacer
porque no les interesa a los que ganan elecciones, forman gobiernos y controlan
las instituciones. El descontento y el malestar ciudadano se topan con límites,
con barreras, que no pueden rebasar. El panorama es complicado, porque la
política discurre por dos cauces cuya confluencia no se vislumbra en el corto
plazo.
¿Entrevén ustedes alguna salida posible al túnel en que estamos metidos?
¿Qué es lo que hace falta para encontrarla?
(for): budući da, dok, iz, jer, na, po, pošto, što, u ime, usprkos, za, zbog
(i): administer, also, and, as, ought, plus, too
(i): administer, also, and, as, ought, plus, too
No hay comentarios:
Publicar un comentario