En una entrevista publicada en el diario madrileño El País,
el presidente electo Luis Guillermo Solís manifestó que: “La expectativa es tan grande que a veces me
pregunto si podré sobrellevarla”. Sabia
reflexión de alguien que sabe en qué se metió, pero que tal vez no contaba con
que su mensaje de cambio calaría tanto en un electorado descreído, harto de
promesas incumplidas, de mensajes vacíos de políticos desvergonzados, y de la ineficiencia
y el despilfarro en el sector público.
No está aún claro en qué momento Solís logró encontrarse con
las aspiraciones de cambio que aparentemente alentaban la mayor parte de
quienes se declaraban indecisos en las encuestas de opinión. Una luz arrojan los análisis sobre el impacto
de los llamados debates en las redes sociales y en los motores de búsqueda de
la internet, publicados después del 2 de febrero por el diario La Nación;
análisis que además parecen corroborar los resultados de la encuesta
postelectoral del CIEP, de la Universidad de Costa Rica, según los cuales dichas
comparecencias en radio y televisión marcaron las decisiones ciudadanas.
Claro, las decisiones del sector ciudadano que tiene acceso
a internet y participa en alguna red social.
Presumiblemente, por la afinidad con el medio, ese sector está compuesto
mayoritariamente por personas menores de 35 años, que como es conocido,
conformaban más del 40% del electorado. Ese
grupo de personas, menos atadas al pasado, es el que posiblemente se encontró
primero con Luis Guillermo y terminó arrastrando a los demás, hasta colocarlo
de puntero el 2 de febrero y darle posteriormente el enorme caudal de votos que
obtuvo el 6 de abril. Porque estas
personas tienen familiares y amistades que indirectamente deben haber sido influenciados
por el material que circulaba en las redes, correos electrónicos y páginas WEB.
Así que el éxito electoral de Solís no fue el resultado de
una estrategia de venta de un producto, como desafortunadamente lo dijo uno de
sus asesores. Esa es una conclusión
simplista de un proceso complejo de condensación de descontentos dispersos que han
estado presentes en el escenario político a lo largo de más de veinte años de
transformaciones de la economía y la sociedad costarricenses.
Por eso LG no la tiene fácil, porque las expectativas son
muchas y elevadas. Los primeros
movimientos a partir de las 12 meridiano del 8 de de mayo van a ser claves para
mantener el apoyo recibido. Necesariamente
tendrá que redefinir los contornos del cambio posible a corto y a mediano
plazo; y tiene que hacerlo hablando francamente, sin evasivas ni excusas, sobre
lo que se puede hacer con una administración pública pesada y con una Asamblea
Legislativa donde su partido tiene un número insuficiente de diputados.
La gente está esperando un ejercicio del poder político más
horizontal, dialógico, honesto y transparente.
Esta es la oportunidad para implantarlo y desarrollarlo.
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