martes, 9 de agosto de 2011

Otra vez el conservadurismo


La romería anual a Cartago es un acto de fe para la gran mayoría de las personas que participan en ella. Esa mayoría merece respeto, en particular quienes hacen varias jornadas de caminata, bajo el sol y bajo la lluvia, y ahora también expuestos a morir por la imprudencia de algún conductor. Lamentablemente este año hubo romeros heridos y romeros muertos por accidentes de tránsito. ¡Qué paradójico! Personas que van a agradecer por la vida, o a pedir por ella, por la sanación de una enfermedad o por la mejora en las condiciones de existencia, terminan perdiendo la vida en tal empeño.

Me parece que esta celebración del 2 de agosto hay que separarla en dos actos que tienen diferencias notables. La romería es un acto de fe; pero la misa del día siguiente es una mezcla de religión y política. No solamente por la asistencia casi en pleno de las jerarquías de los poderes del Estado, encabezadas por la Presidenta de la República, sino también por el contenido de sermones y discursos que pronuncian dignatarios y políticos.

En años anteriores el contenido de las homilías ha sido objeto de comentarios y análisis, porque tocaron temas sociales y económicos que incomodaron a gobernantes y políticos. Por ejemplo, el 2 de agosto de 2005, monseñor Barrantes hizo una denuncia sobre la desigualdad social que se había establecido en el país. Dijo: “…he comprobado que existen varias Costa Rica. Una, impenetrable, de grandes mansiones y lujo, de personas que viven casi como en otro mundo. Otra, la de gente sencilla, accesible, con raíz y estirpe campesina, gente pobre pero dispuesta siempre a colaborar. Hay aun otra Costa Rica, la que vive en precarios, en cuevas, hacinada, sumida en la extrema pobreza, excluida de los bienes y servicios que el país ha logrado; esta es la Costa Rica desconocida; es la OTRA COSTA RICA”.

Una denuncia que levantó roncha en los sectores conservadores del país. Pero los tiempos cambiaron y la celebración de la semana anterior tuvo una elevada dosis de conservadurismo político religioso. Desde las palabras de monseñor Ulloa el día uno de agosto, llamando a las mujeres a vestir con recato y con pudor, culpabilizándolas nuevamente de esa manera por la violencia masculina hacia ellas, hasta las palabras de la Presidenta, pasando por el mensaje del Papa enviado vía el cardenal mexicano Francisco Robles Ortega, el acto destiló conservadurismo. ¿De qué otra manera puede entenderse la retrógrada recomendación de Robles Ortega a las mujeres de volver a concentrarse en su función materna y familiar, para redescubrir, según él, el significado original e insustituible del trabajo en la casa y de la educación de los hijos? Una desvalorización de las conquistas de las mujeres, y un irrespeto para las que trabajan.

En fin, nueva ola de conservadurismo que nos azota, encabezada por la jerarquía católica costarricense, con el apoyo abierto de la cúspide del gobierno. ¿Estado laico, dónde estás?

1 comentario:

  1. Jorge Enrique Esquivel Alfaro12 de agosto de 2011, 22:57

    De acuerdo con su planteamiento don Manuel. Es una pena que la Iglesia Católica Costarricense este dirigida por estas mentalidades tan conservadoras y cuestionables, pues parece que la facción de Ulloa y San Casimiro es la que esta ganando el pulso. Mons. Girardi, Obispo de Tilarán, me parece que tiene una línea más consecuente con las luchas que dan algunos sectores progresistas en Gte. como la defensa del agua y de las playas. Pero da la impresión que lo marginan o se automargina, no se. Lo peor es que esta derecha eclesial esta teniendo un poder cada vez mayor. ¿Hasta cuando dejaremos esta mentalidad medieval del Estado confesional?

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