Me pregunto sobre el
significado, para la mayoría ciudadana, de los actos que se suceden en la
Asamblea Legislativa cada 1 de mayo.
Seguramente poco o ninguno. Esa
mayoría permanece ajena a las intrigas de palacio y a las carreras de última
hora en busca de alianzas para apuntalar el control del directorio, y tampoco
le interesa el mismo informe presidencial.
El ritual legislativo de ese día solamente importa a parte de la clase
política, que vive con pasión lo que ahí pasa, sin consciencia de su
insignificancia para el común de la gente.
Con esa aclaración
paso a un análisis breve de lo ocurrido.
En primer lugar la integración del directorio, resultado de las
contradicciones internas de la fracción del PLN, del veto presidencial a la
candidatura de Luis Gerardo Villanueva, y a los juegos de poder con el
candidato designado Johnny Araya y con lo que queda del declinante liderazgo de
Rodrigo Arias. ¿Quién logró
imponerse? ¿Por cuáles razones llega a
la presidencia un diputado de “bajo perfil”, como él mismo se ha calificado? Las respuestas por ahora solamente pueden
darse con base a especulaciones, debido a la cerrazón con que se manejan estos
asuntos.
El nuevo directorio
legislativo refleja también la caída del PLN.
Sin posibilidad de hacer alianza con nadie más, tiene que ceder, sin
sonrojarse, tres puestos a esos partidos, dos de ellos importantes. En otras palabras, debe recurrir a los votos
comprados: ¿de qué otra manera se pueden
calificar estas alianzas basadas en el otorgamiento de cargos y seguramente de prebendas
que no se publicitan? Solamente así podría
llegar a la vicepresidencia Carlos Avendaño, a la secretaría Martín Monestel y
a una de las prosecretarías Justo Orozco.
¿Cuáles son sus méritos como legisladores para estar donde están? Hay que señalar que tanto Avendaño como
Orozco han anunciado que mantendrán sus posiciones conservadoras en torno a la
fecundación in vitro y a las uniones entre personas del mismo sexo, pese a lo
dicho por la presidenta Chinchilla en su informe anual.
En fin, que no son
alianzas construidas a partir de proyectos y propuestas de política pública de
interés general, porque esos “aliados” realmente carecen de visiones de ese
tipo. Representan intereses muy
concretos, que se satisfacen con algunas dádivas y el desempeño de cargos para
satisfacer egos.
Otro aspecto digno de
mencionarse es la reaparición del Ministro de la Presidencia como vocero de la
fracción, porque es él quien anuncia los acuerdos logrados y la candidatura de
Mendoza a la presidencia. ¿No era que
había autonomía de los poderes? Porque,
vamos, no somos ingenuos y sabemos que el manoseo existe pese a la pretendida
autonomía; pero por lo menos se podrían preservar las formas. Todavía dos días después de la llamada sesión
solemne de la Asamblea, el ministro sigue haciendo anuncios públicos relativos
al funcionamiento del directorio
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