Desde hace meses el ex presidente
Figueres había venido anunciando la presentación de una propuesta de resolución
de problemas nacionales, a efecto de ayudar al gobierno a salir del atolladero
en que nos encontramos. Repetidamente manifestó que esa era su intención y que
no tenía pretensiones electorales.
Independientemente de las simpatías
o antipatías que despierte este personaje de nuestro mundillo político, lo
cierto es que logró crear un clima de expectación sobre lo que iría a proponer.
Dadas sus relaciones en el plano internacional y su paso por importantes foros
de discusión sobre los problemas que enfrenta la humanidad, lo menos que se esperaba
es que la experiencia adquirida se plasmara en algún planteamiento global y en
algunas medidas de política pública que podrían ser tomadas a corto y mediano
plazo.
La posición de Figueres alrededor
de una posible candidatura se fue tornando cada vez más ambigua. Pese a ello
muchas personas consideraban que la presentación de su propuesta significaba
colocar la lucha interna dentro del PLN en otro nivel: en el de la
confrontación de ideas. Se podría entonces romper la línea de estribillos
vacíos seguida por otros precandidatos, adelantándose también a otros grupos
que han venido trabajando seriamente propuestas y planteamientos, incluyendo a
la “Junta de Notables”. Hasta la Presidenta, en una nueva salida en falso, dijo
que mandaría la propuesta de Figueres a estudio de este último grupo.
Finalmente, después de varios
cambios en la fecha, el lunes tras anterior se destapó el tamal. Un colmado
auditorio del INBIO sirvió de escenario para el gran show; pero qué decepción:
muchas, pero muchas hojas, y en el fondo solamente una página web y un blog
para recibir propuestas ciudadanas que supuestamente servirán para construir
algo que se le ha llamado “vía costarricense”. Ni espinazo, ni ejes, ni
propuesta alguna; solo un mecanismo para recoger información que no se sabe de
qué manera será procesada.
Ante la pregunta de si se trataba
del inicio formal de un movimiento alrededor de su candidatura, Figueres no
respondió y prefirió dejar el asunto flotando en el limbo. Así las cosas, lo
menos que se puede pensar es que lo está contemplando seriamente o que quizás
tenga ya una decisión tomada, y que el show del lunes 28 de julio fue una forma
de reafirmar sus intenciones sin decirlo. La página web y el blog servirán de
nuevos globos de ensayo para medir reacciones, y, de paso, para apropiarse de
ideas que personas bien intencionadas, pero ingenuas, se sirvan colocar.
Si Figueres hubiera hecho algún
planteamiento y hubiera negado contundentemente cualquier intención electoral,
otro gallo cantaría. Pero no fue así. Aunque en unos meses la duda se
despejará, mejor no caer en la trampa de hacerle el trabajo de pensar, salvo
que se crea que Figueres es la única persona que puede liderar un movimiento
para sacar adelante este país.