El apoyo al proyecto Solidaridad Tributaria ha puesto al PAC a navegar en dos aguas, debido a las disímiles posiciones adoptadas por dos grupos de diputados que integran la bancada legislativa: los que están de acuerdo con el proyecto con las reformas introducidas y los que lo apoyan a regañadientes.
Estas posiciones empezaron a dibujarse desde el momento en que el líder del Partido, Otón Solís, llegó al conocido acuerdo con la presidenta Chinchilla, con el apoyo de la mayor parte de la Comisión Política.
El punto culminante de esta discrepancia parece que se ha alcanzado el último día de noviembre, cuando el grupo disconforme intentó traerse abajo el proyecto mediante una resolución emitida por Juan Carlos Mendoza, presidente legislativo, quien señaló los vicios de procedimiento en que habría incurrido la comisión que dictaminó el mencionado proyecto, vicios que según él obligaban a echar marcha atrás y comenzar de nuevo la tramitación.
Por supuesto que la resolución fue inmediatamente apelada por el diputado Villanueva Monge, jefe de fracción del PLN, con los resultados conocidos: 24 diputados liberacionistas y siete del PAC votaron favorablemente la apelación.
La imagen trasmitida por la televisión no puede ser más elocuente: siete diputados del PAC de pié, mientras que cuatro permanecieron sentados, al igual que los diputados del ML, del PUSC, del PASE y del Frente Amplio. Como todavía está fresco lo sucedido con las fracciones parlamentarias de los dos períodos anteriores, inevitablemente el fantasma de la división ha vuelto a hacer su aparición, y la gente se pregunta si no estamos ante la repetición del fenómeno.
Un día después, la Presidenta del Partido y la Secretaria General, emitieron un documento en el que se apoya por igual a Mendoza y a los diputados que votaron junto con el PLN, asegurando que dentro del PAC es posible sostener posiciones diferentes bajo un mismo paraguas, en un intento de acabar con las especulaciones sobre división. Sin embargo, en un asunto tan delicado como la aprobación de una reforma tributaria no es posible que el partido tenga dos caras.
En otras palabras, que una resolución como la emitida no debería haberse hecho al margen de los órganos competentes del Partido, a no ser que, como podrían pensar algunos mal intencionados, se trata de un doble juego: por un lado el partido honra su compromiso con la presidenta Chinchilla, y por el otro le hace un giño a los sectores inconformes con el proyecto en discusión. Por supuesto que no creo que esa sea la situación. Sabemos que la integridad ética e intelectual de Juan Carlos Mendoza le impide prestarse a tal juego. Actuó honesta y valientemente, pero dejó otra vez la credibilidad del PAC en entredicho.
¿Tenía razón en sus argumentaciones? Difícil saberlo porque es un asunto de interpretación de reglamentos y resoluciones, que ni la santa Sala Cuarta podrá resolver sin dejar dudas.
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