A veces da la impresión que los políticos viven en un mundo aparte. Atareados en sus rutinas y ceremonias; en sus juegos de poder; en sus intrigas y conspiraciones, tienden a aislarse del mundo del resto de los mortales, de las ciudadanas y ciudadanos de a pie, como se dice. Ciertamente, hay algunos, no muchos, que también dedican su tiempo a proyectos y propuestas interesantes y beneficiosas para el conjunto social.
La mayoría se enreda en sus propias redes, actúa de acuerdo con sus propios intereses o de los grupos políticos a través de los cuales fue electa, y termina pensando y actuando como si todo comenzara y finalizara en ese mundo. Todo lo demás carece de significado, incluyendo la representación de un colectivo de votantes.
Pero la ciudadanía también tiende a olvidarse de ellos y solamente toma conciencia de que existen cuando sus decisiones la afectan directamente, y cuando complican o trastornan su cotidianidad y sus proyectos de vida. Los políticos, esos, van por un lado y la gente va por otro.
Una encuesta telefónica reciente del Centro de Investigaciones y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica arroja interesante información sobre la forma en que buena parte de la ciudadanía puede estar mirando la política y los políticos.
En el tema de las valoraciones de la Asamblea Legislativa, que constituye el tercer módulo de la encuesta, destaca lo siguiente: el 33% de las personas entrevistadas no sabe cuál fracción partidista es la mayor; el 78,1% considera que el trabajo de los actuales diputados está entre regular y muy malo; el 53,2% dice que dicho trabajo es igual que el período anterior y solamente el 21,3% dice que es mejor.
Se les pidió que mencionaran el nombre de tres diputados. Aproximadamente el 90% de las personas no pudo mencionar ninguno y la frecuencia con que indicaron algunos nombres es prácticamente insignificante. El aumento de salarios es, por supuesto, la propuesta de los diputados que más ha llamado la atención; pero nuevamente destaca un 57% que no sabe o no respondió a la interrogante sobre el proyecto o propuesta que le hubiera parecido más interesante.
Finalmente, de acuerdo con la mayoría de las personas encuestadas, el 52% dijo que los diputados toman en cuenta principalmente sus propios intereses a la hora de elaborar las leyes. Un 24,9% dijo que actúan de acuerdo a los intereses de los partidos, y solamente el 6,8% indicó que tomaban en cuenta los intereses de la población. Hay más, pero por razones de espacio no podemos mencionar otros datos.
No estaría mal que las diputadas y los diputados, ahora que se encuentran enfrascados en conversaciones y negociaciones sobre el próximo directorio legislativo, pues que le echaran un ojito a estos datos, para ver si la mayoría logra poner los pies en la tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario