Después de una larga ausencia, debido a viajes y necesidad de un descanso prolongado, este blog se reactiva.
Estamos en enero de 2010, a unas pocas semanas de las elecciones para presidente, vicepresidentes, diputados y autoridades municipales. Nos despedimos del 2009 con encuestas que indicaban el orden de las preferencias del electorado en cuanto a candidaturas, coincidiendo en general en las posiciones alcanzadas por candidatas y candidatos, pero con discrepancias en lo referente a porcentajes y a la posibilidad de una segunda vuelta electoral.
Los resultados de una encuesta realizada por la firma Borge y Asociados para la Revista Poder –la última del año pasado--, reafirma lo indicado por las otras encuestas en cuanto a posiciones, pero difiere radicalmente, al menos con las de Demoscopía y de CID-Gallup, en cuanto a la posibilidad de una segunda vuelta. Según esta encuesta la candidata Chinchilla continúa en descenso, situándose en un 36,7%, tomando en cuenta al total de la nuestra, incluyendo a quienes indican no tener definido por quién votar y quienes no respondieron la pregunta. La segunda vuelta, entonces, aparece delineada con mayor claridad en el horizonte. Sin embargo, pese al descenso de la candidata Chinchilla, todavía su inmediato contendor, Otto Guevara, aparece con un porcentaje muy bajo.
Como lo hemos señalado en otras ocasiones, las encuestas son una especie de instantáneas de la realidad. Por tanto, no necesariamente permiten predecir lo que va a ocurrir en el corto o en el mediano plazo, aunque las encuestas realizadas con la técnica denominada “panel”, que periódicamente exploran a una misma muestra representativa, podrían establecer tendencias y acercarse con mayor precisión a los resultados finales reales.
Más allá de las encuestas, la evidencia impresionista indica que la candidata Chinchilla tiene buenas posibilidades de ganar las elecciones, pero con una Asamblea Legislativa bastante dividida. No parece posible que ni Otto Guevara, quien se ha instalado en el segundo lugar, ni Otón Solís, que ha descendido al tercero, puedan remontar las cifras actuales y disputar la presidencia en una primera vuelta. Tampoco el escenario de la segunda vuelta aparece perfilado manifiestamente.
Sin embargo, puesto que en esta campaña las pasiones no se han desbordado y el electorado se ha caracterizado por el silencio y la discreción, los resultados finales podrían ser muy diferentes a los que muestran las encuestas, para uno y para otro lado. Chinchilla podría ganar fácil o apretadamente, pero también podría no alcanzar el 40% y tener que disputar una segunda vuelta con resultados todavía más impredecibles.
Es posible que en este mes el grueso del electorado sea más elocuente, que se pronuncie con mayor claridad y que el panorama se vuelva más nítido, de manera tal que podamos vislumbrar lo que nos depara el destino a partir del próximo 8 de mayo.
Ni la lectora de la taza del café en Santa Ana podría decir algo, pero si es cierto que la gente no cree en las izquierdas, los mensajes de Otto son cercanos para quien no tiene trabajo, para quien no tiene seguro. Decías en un artículo anterior que hay más de 1 millon de personas en la línea de pobreza, y poné otro medio millón en las cercanías. Laura u Otto, dos mensajes para la gente que tiene hambre. Los mensajes políticos no caben en un pueblo con hambre, con susto. Algo tendríamos que aprender de Evo que habla a la gente con su voz. Y aprender que con la soberbia de la izquierda solo hemos dado la razón a la derecha. Las encuestas pueden dejar vacíos, pero no mienten. Ana Rodríguez
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